martes, 26 de mayo de 2009
CAJA NEGRA.
Quiero transportarme a otro mundo, a lo más escondido de mi inconsciente, a lo más oscuro de mi conciencia, a lo más profundo de mi cabeza. Quiero transportarme, sin que nada me importe, quiero conocerme, es tristísimo saber que nunca vamos a saber qué pensamos completamente, qué tenemos en lo más profundo del inconsciente, en la superficie de nuestro inconsciente. Quiero transportarme a mis verdaderos pensamientos, a lo qué realmente pienso, a lo que reprimo con todas las fuerzas del inconsciente, aquello que no circula en mi preconsciente, no circula en mi conciencia, eso que no sé qué es, eso tan misterioso, difícil de explicar, difícil de entender. Quiero transportarme a ese lugar inaudito, increíble, ese lugar mágico y misterioso, al que nadie nunca ha llegado, ni al mío, ni al suyo, ni al de nadie, la caja negra, conocemos los estímulos que entran, conocemos lo que sale, ¿pero qué hay en su interior? nadie nunca lo supo, tal vez alguien lo sepa. Quiero transportarme allá, donde no hay barreras, ¿qué pensaré realmente?, quiero saberlo, necesito saberlo, ¿quién soy allí adentro? ¿qué hay en mi cerebro? se hace tan difícil pensar en eso, se hace abrumador. Quiero transportarme a ese mundo de fantasía, bueno, no tan fantástico, pero allá quiero ir, quiero conocerlo, quiero vivirlo, quiero sentirlo, ¿nunca voy a tener la chance?. Quiero transportarme, quiero saber, quiero entender, quiero volar, quiero percibir, quiero eliminar esas barreras, malditas barreras que me impiden entender quién soy, exactamente quién soy, sin nada que me lo impida. Maldito mi consciente, malditas mis barreras, malditos pensamientos que no quieren salir, no se quieren dar a conocer por completo, maldita yo, maldito Freud, maldito psicoanálisis, maldita Lidia Montan, maldito libro de psicología, maldita yo, nuevamente.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario