Tendría que estar leyendo "Ardiente Paciencia" de Antonio Skármeta por segunda vez (la primera por placer; la segunda, un año después, para rendir una prueba de Lengua). En vez de eso estoy editando fotos que había olvidado en una carpeta polvorienta de mi PC que parecen tener mucho para dar.
Mi única compañía: un mate frío y lavado.
Mi único problema: la cocina está como a diez pasos.
La ingeniosa solución: dejar mi compañía de lado.
Conclusión: como diría mi abuela gallega, "soy perezosa" y me la banco (adivinaste, el "me la banco" lo agregué yo...)