miércoles, 3 de junio de 2009

LIBERTAD, ¿desperdiciada?

LIBERTAD. Esa palabra que todos adoramos, pero que poca gente sabe aprovechar realmente. Yo definitivamente no soy de esas pocas personas, pero me gustaría serlo. ¿Para qué quiero tanta libertad si hago siempre las mismas cosas, siempre igual, tan monótono? Hago cosas tan sencillas, tan comunes. Podría correr semidesnuda por la calle, saltar desde arriba de un árbol, caer y desparramarme por el suelo. Podría andar en bicicleta como cuando era chiquita, podría jugar a las muñecas. ¿Por qué no? ¿Por qué no revivir esos momentos que me dieron tanta felicidad? Los momentos más felices de mi vida, sin lugar a dudas. Quiero ponerme esa ropa que tanto me gusta pero me da pudor, quiero cantar y bailar en cualquier lado. Quiero tocar un instrumento, aunque lo toque mal, ¡no me importa! No me interesa que nadie me escuche. Quiero usar esa libertad para ser feliz. Liberar mi mente, hacer lo que quiero, decir lo que quiero, vivir mi vida como yo quiero. Aunque es difícil, porque por mas que yo tenga esa libertad tengo que tener cuidado de no meterme en la vida de otra persona, de no ingresar en su espacio. No sé, se complica. Por otro lado siento que tengo miedo de liberarme, tengo miedo de hacer lo que quiero, tengo miedo de ser quien soy, de llegar a ser quien puedo ser. Tal vez sea eso lo que me impide usar mi libertad plenamente, el miedo. Sí, definitivamente el miedo es una barrera, pero ¿es mi barrera? ¿es la que me impide realmente liberarme? Quizás solo influye un poco, pero no es la clave...tendré que descubrirla, y recién ahí decidir qué quiero hacer con mi libertad, esperar a tener la libertad entre mis manos y decidir luego qué camino tomar. Muchas excusas, tendría que haber un poco más de acción. Lo que más anhelo en la vida es ser libre, asocio directamente la libertad con la felicidad, ¿es realmente así?. No lo sé, es difícil cumplir mis expectativas, soy una chica complicada, espero algún día poder liberarme completamente. Siento que soy libre, soy una persona abierta de mente, con prejuicios, son inevitables la mayoría de las veces, pero cuando me doy cuenta intento eliminarlos de inmediato. Creo que tengo la capacidad, pero siento al mismo tiempo que espero demasiado de la vida. Tal vez no de tanta satisfacción, tal vez estoy en el momento más feliz de mi vida, pero no la estoy aprovechando simplemente porque no me doy cuenta de toda la libertad que tengo. Sí, lo más probable es que después me sienta como una estúpida por haber estado esperando mi libertad, mi felicidad, cuando en realidad era el mejor momento de mi vida. Tengo que dejar de hablar al pedo, tengo que empezar a actuar, tengo que dejar de sobrevivir, ¡TENGO QUE VIVIR!.

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