miércoles, 21 de octubre de 2009

Déjaselo a las llamas

Me había olvidado de lo lindo que era dormir en clase. Hoy lo recordé y fui feliz durante veinte minutos.
Justo cuando pensé que me estaba enamorando del francés Descartes, arruinó todo con unas simples palabras.
Tengo sueño, pero la de geografía se piensa que tiene de alumnos a chicos de cuatro años y por eso tengo que calcar (sí, calcar, que palabra poco usada en la secundaria) dos mapas. DOS mapas.
Odio cuando no puedo dejar de pensar en algo. Me dan ganas de golpearme la cabeza contra el cordón de la vereda hasta romperlo. Pero bueno, no estoy dispuesta a hacerlo, así que me lo tengo que bancar.
Y cierro la entrada con la primera frase que encontré en el libro que tengo abierto delante mío: Su familia quería que fuera abogado, pero él mismo dijo que sentía "una resistencia infranqueable hacia todo lo que no era filosofía y enseñanza".

1 comentario:

  1. Cada vez que entro a tu blog, me quedo escuchando los temas de Sui generis. Me encanta!

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