Tal vez ésta sea la temporada de volar, aunque no tenga el atuendo perfecto ni la mente tan abierta como pensé que tendría. Quizás la temporada de volar no sea tan magnífica como simula ser, o puede llegar a suceder algo aún peor: que ésta no sea la temporada de volar y que todos los preparativos hayan sido en vano. Aunque por los síntomas pareciera que se aproxima la temporada. Por otro lado es preferible estar preparado, una vez que la temporada de volar pasa se tarda mucho tiempo en llegar a la siguiente temporada.
Es así, son las obligaciones de una mente extraña. Llega la temporada de volar y uno se suelta de todo y simplemente vuela. ¿A dónde? No se, vuela a tantos lugares en tan poco tiempo que a veces soy incapaz de recordar tantas cosas juntas. Solamente se que cuando la temporada de volar llega, tengo que aprovecharla al máximo y disfrutar cada uno de los lugares a los cuales voy, cada uno de los momentos vividos y cada uno de los pensamientos en mi cabeza.